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EL CARBONO DE COLOR AZUL

  • Foto del escritor: Camilo Martínez Martínez
    Camilo Martínez Martínez
  • 13 oct 2017
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 3 dic 2024

Hace menos de cinco décadas la ciencia descubrió que las proporciones de los elementos químicos en nuestro planeta tienden a mantenerse en un complejo y delicado equilibro. Como si fueran piezas de un intrincado castillo de naipes, elementos como el hidrogeno (H), el oxígeno (0), el nitrógeno (N) y el carbono (C), entre muchos otros, están repartidos en concentraciones que permanecen relativamente constantes en la atmósfera, mares, suelos y tejidos de los seres vivos. Que dicho equilibrio químico exista, es tan raro como encontrar un castillo de arena en la playa que hubiese permanecido en pie durante miles de años, a pesar del viento, la lluvia y el paso del tiempo . Las proporciones de las moléculas en nuestro planeta permanecen estables gracias los grandes ingenieros de la química del planeta: los seres vivos (1).

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Con la llegada de la era industrial comenzamos a derrumbar nuestro castillo molecular. Quemamos combustibles fósiles y liberamos en la atmósfera diferentes gases que producen el efecto invernadero. Acabamos con grandes coberturas de bosques en los continentes y arrasamos ecosistemas marinos. El equilibrio químico del planeta se alteró y ahora estamos en un proceso conocido como el cambio climático (2).


En el escenario del cambio climático el carbono es el gran protagonista. Millones de toneladas de este elemento, que por mucho tiempo estuvieron confinadas en el subsuelo y formando parte de la materia vegetal, ahora flotan libres en la atmósfera y se diluyen en el océano, contribuyendo al calentamiento del planeta y a la acidificación del mar (2, 3).


Al carbono lo podemos encontrar en todos lados y tomando diferentes formas. En el marco del discurso sobre cambio climático se habla de un carbón multicolor; hay carbón marrón, negro, verde y azul. El carbón marrón es el gas CO2 producto de la ignición de combustibles fósiles y la descomposición de la materia orgánica; el carbón negro son las partículas de hollín y polvo resultantes de combustiones incompletas; el carbón verde se encuentra almacenado en los tejidos de las plantas que cubren los continentes, y el carbón azul es el que captura y almacena todo el océano (3).


El carbón marrón (CO2), que es uno de los principales gases con efecto invernadero, ha aumentado sus concentraciones en la atmósfera no sólo como consecuencia de la quema de combustibles fósiles. Gran parte del CO2 que ahora tanto nos preocupa, antes estaba almacenado en la cobertura vegetal del planeta, cobertura que año tras año nos encargamos de diezmar (3,4).


El carbono azul almacenado en los océanos, representa el reservorio de carbono más grande de la tierra. Aunque la cobertura vegetal marina es solamente el 0,05 de la terrestre, los ecosistemas marinos como manglares, pastos marinos y estuarios, pueden capturar entre el 50 % y 75 % del carbono del planeta. El océano captura y almacena entre 235 a 450 Tg de C al año, lo cual equivale a casi la mitad de las emisiones de carbono del sector del transporte mundial, estimado en 1.000 Tg de C año (1,3).


Se calcula que previniendo la pérdida y ayudando a la recuperación de los ecosistemas marinos, podemos ayudar a capturar entre el 3% y el 7 % de las emisiones de combustibles fósiles en dos décadas, lo cual equivale a casi la mitad del tiempo que se requeriría para lograr lo mismo solamente por reducir la deforestación en tierra. Desafortunadamente, la tasa de pérdida de ecosistemas marinos es aproximadamente cinco veces mayor que la que la deforestación en los continentes (3).


Mientras que el papel de los bosques para capturar carbono ha sido ampliamente reconocido, hasta al punto en que se han establecido mecanismos mediante los cuales las empresas pueden compensar sus emisiones de CO2 invirtiendo en proyectos de reforestación, el potencial del carbono azul ha sido ha sido prácticamente ignorado. En Colombia hasta el momento, no existen mecanismos para que los ecosistemas marinos sean protegidos y recuperados con el fin de aumentar la capacidad de captura de carbono (4).


Ahora que tenemos una mejor comprensión sobre del funcionamiento de la química, la biología y el clima del planeta, nos enfrentamos al reto de administrar racionalmente nuestros recursos ecosistémicos. Conservar, restaurar e incluso modificar entornos naturales para controlar el equilibrio químico del planeta, son actividades que se comenzaron a realizar hace pocos años (5). Dentro de este conjunto de acciones, el manejo de los ecosistemas marinos debe a tomar un papel más relevante (6).


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BIBLIOGRAFÍA

1. Lovelock JE. Geophysiology, the science of Gaia. Rev Geophys. 1989;27. doi:10.1029/RG027i002p00215

2. Hoegh-Guldberg O, Bruno JF. The Impact of Climate Change on the World’s Marine Ecosystems. Science. 2010;328: 1523–1528. doi:10.1126/science.1189930

3. Nellemann C, Corcoran E. Blue Carbon: The Role of Healthy Oceans in Binding Carbon : a Rapid Response Assessment. UNEP/Earthprint; 2009.

4. Barrera TGZ, Maldonado JH. El valor económico del Blue Carbon en Colombia: Beneficios de la captura y almacenamiento de carbono provistos por las Áreas Marinas Protegidas. Doc CEDE. 2014; Available: http://ideas.repec.org/p/col/000089/011003.html

5. Greiner JT, McGlathery KJ, Gunnell J, McKee BA. Seagrass Restoration Enhances “Blue Carbon” Sequestration in Coastal Waters. PLOS ONE. 2013;8: e72469. doi:10.1371

6. Tg Z-B, Jh M. Valuing blue carbon: carbon sequestration benefits provided by the marine protected areas in Colombia. PloS One. 2014;10: e0126627–e0126627. doi:10.1371/journal.pone.0126627

7. M D, Manuel J, López G, Isabel D. CAMBIOS HISTORICOS EN LA DISTRIBUCIÓN Y ABUNDANCIA DE PRADERAS DE PASTOS MARINOS EN LA BAHÍA DE CARTAGENA Y AREAS ALEDAÑAS (COLOMBIA). Bol Investig Mar Costeras - INVEMAR. 2003;32: 57–74.

8. Duarte CM, Sintes T, Marbà N. Assessing the CO2 capture potential of seagrass restoration projects. J Appl Ecol. 2013;50: 1341–1349. doi:10.1111/1365-2664.12155

9. Gómez Cubillos C, D’Achardi R, Carolina D, López G, Isabel D, Valencia M, et al. Portafolio “Áreas de arrecifes de coral, pastos marinos, playas de arena y manglares con potencial de restauración en Colombia. [Internet]. Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras - INVEMAR; 2015. Available: http://www.oceandocs.org/handle/1834/6700

 
 
 

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